Friday, May 21, 2010

'Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo': Piratas del desierto

  • ¿Un videojuego de hace más de 20 años convertido en superproducción? ¿Un actor indie como Jake Gyllenhaal transmutado en héroe cachas? ¿El director de ‘Cuatro bodas y un funeral’ tras las cámaras? Todo es posible si tras el ‘Produced by’ está Jerry Bruckheimer, el hombre que convirtió a unos piratas caribeños en reyes de la taquilla.


'Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo'

"Siempre me han gustado las películas de aventuras: de niño soñaba con ser como Indiana Jones o Errol Flynn.” Jake Gyllenhaal, actor

'Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo'

Gyllenhaal, nuevo héroe de acción

En los tiempos en que los píxeles eran del tamaño de un grano de arroz, las consolas respondían a nombres exóticos como Commodore 64, ZX Spectrum o Atari ST y los videojuegos tenían la jugabilidad de un futbolín, es decir, en el prehistórico 1989, una aventura gráfica revolucionó el mundo de las jurásicas computadoras domésticas de la época: Prince of Persia. El secreto de su éxito residía en la realista movilidad de sus bidimensionales protagonistas, en el hecho de que no había armas de fuego y en el marco donde se desarrollaba la historia, el antiguo Oriente Medio. 21 años después, y tras gozar de secuelas y remakes en todo tipo de consolas, la aventura ideada por Jordan Mechner se convierte en espídica superproducción cinematográfica con aspiraciones de saga rompetaquillas, gracias al sello de Jerry Bruckheimer, a los músculos de Jake Gyllenhaal, a las curvas de Gemma Arterton y a unos epatantes efectos digitales capaces de convertir un montón de arena inerte en un peligroso torbellino de formas cambiantes inimaginables en el muy lejano 1989.

Mucho más que un videojuego

Bruckheimer tiene la mano rota cuando se trata de arrastrar a los espectadores, en masa, a ver las películas que produce: Top Gun (Tony Scott, 1986), Con Air (Simon West, 1997), Armageddon (Michael Bay, 1998), Pearl Harbor (M. Bay, 2001) o, sobre todo, la trilogía Piratas del Caribe (Gore Verbinski, 2003, 2006 y 2007). Así que no está de más preguntarle sobre si piensa que este film se puede convertir en una versión desértica y arábica de la saga protagonizada por Johnny Depp: ¡No tengo ni idea! Lo que sé es que es una cinta de aventuras y amores muy excitante, una combinación de realidad, fantasía y romance. Así que espero que consiga capturar la atención del público. Una cuestión flota en el ambiente: ¿a partir de un videojuego de hace dos décadas –la pregunta tiene algo de trampa: el film se basa en una de las reversiones del juego, que salió al mercado en 2003– se puede conseguir otro blockbuster? El hombre que creó una trilogía hipertaquillera a partir de una atracción de Disneyland (sí, los guionistas de Hollywood también visitan los parques temáticos en busca de ideas) tiene la respuesta: Es verdad, está basada en un videojuego, pero aquí podemos explicar la historia de los personajes, algo que no podían hacer en las consolas. Y, además, podemos embellecerlos.
Aclarado este punto, otra cuestión inevitable: ¿y qué hay de la siempre temible reacción de los fans del juego en cuanto lo vean transformado en imágenes reales? A Bruckheimer no se le ve atormentado por esta duda. Depende de los jugadores, de cómo vean la película. Pero no todo el mundo conoce el juego; el público, lo que quiere, es que le sumerjan en una aventura. Y eso es lo que hacemos: les agarramos y les proponemos un viaje fantástico visto a través de los ojos del protagonista. Un protagonista que pasa de tener un puñado de píxeles en el videojuego original a tener el rostro y el cuerpo de un actor más acostumbrado a los films de bajo presupuesto que a las superproducciones de más de 100 millones de euros: Jake Gyllenhaal.

Un héroe escondido

¿Alguien recuerda que el protagonista de Donnie Darko (Richard Kelly, 2001) o Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) fuera un guaperas de pelo largo y cuerpo de atleta? ¿Alguien creía que el chico raro de The Good Girl (Miguel Arteta, 2002) o el dibujante obsesionado de Zodiac (David Fincher, 2007) podía dar el tipo como saltarín héroe de acción? ¿Alguien veía al dramático actor de Hermanos (Jim Sheridan, 2009) monopolizando el póster de una taquillera cinta de aventuras? Como mínimo, dos personas creían en él: Bruckheimer (solo con su visto bueno hubiese sido más que suficiente) y el director del film, Mike Newell: Siempre he pensado que es un actor maravilloso, y era una apuesta segura, porque nunca había hecho una película como esta. ¿Fue la única apuesta? Vi a unos 30 ó 40 candidatos. Pero desde el principio pensé que Jake era el mejor. Y Jerry Bruckheimer estaba convencido de que, de los actores norteamericanos jóvenes, él era uno de los que estaban destinados a convertirse en estrella. El otro es Chris Pine (Star Trek). Los vimos a todos, pero Jake tenía el ingenio y el espíritu necesarios. Y muchas ganas de convertirse en un héroe...

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