Sunday, February 06, 2011


Memoria de mis putas tristes", rodada casi en "clandestinidad", mira a Cannes

Nadie supo cómo empezó, pero sí que ha terminado el "secreto" rodaje de la polémica coproducción internacional basada en la novela de Gabriel García Márquez "Memoria de mis putas tristes", dirigida por el veterano cineasta danés Henning Carlsen. La prensa local confirma que tras la suspensión indefinida del proyecto en octubre después de que bajo la presión de una organización contra la trata de mujeres y la pederastia el gobierno de Puebla retirada su asignada ayuda al film, se acabó rodando entre noviembre y diciembre en Campeche, sin luz ni taquígrafos. "El director, es un experto en estas cosas, se metió a filmar en Sudáfrica cosas del Apartheid, así que sabe lo que vale la discreción", dijo a El Universal Fernando Cámara, uno de los técnicos mexicanos que participó en la cinta. "La experiencia de lo que pasó en Puebla resultó muy dura. Así que luego en Campeche fuimos muy discretos, no hablábamos mucho, no mencionábamos el libro en que estaba basado, le cambiamos el título a 'Memorias del Sabio'", añadió Cámara, nominado al Oscar por su trabajo en "Apocalypto". Con un presupuesto de 8 millones de dólares, "Memoria de mis putas tristes" tenía previsto iniciar su filmación a finales de octubre en Puebla, bajo la dirección de Carlsen y con guión del francés y colaborador de Buñuel Jean-Claude Carrière. Emilio Echeverría ("Amores perros", "vivir mata") interpretó finalmente el personaje central, El Sabio, anciano periodista en un remoto pueblo de México, que nunca tuvo una relación con una mujer sin tener que pagar por sus servicios. La historia se centra en los encuentros extraños de El Sabio con una menor de 14 años de edad que la "Madame" del prostíbulo que frecuenta desde hace años consigue para él como su expreso deseo final -el de hacer el amor con una virgen- con motivo de su noventa cumpleaños. El papel de la muchachita recayó en una sobrina de Ofelia Medina, llamada Paula, explicó Cámara, responsable del sonido. En algún momento se habló de que Damían Alcázar sería El Sabio, y la cubana afincada en España Ana de Armas su antagonista femenina, pero al parecer se cambió el reparto tras la polémica generada en Puebla, por la denuncia de la "Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe" contra el escritor colombiano y Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez, el gobernador del estado, Mario Marín Torres, su secretario de Finanzas, Gerardo Pérez, y los representantes legales de las empresas Femsa y Televisa, productoras de la cinta, ya que consideran que "fomentará la pederastia y la prostitución infantil". La reacción de la gobernación fue retirar su apoyo económico, que al parecer pudieron suplir de alguna forma para acabar filmando con absoluta discreción en Campeche.

Crítica: "El cisne negro", danza macabra

La nueva película de Darren Aronofsky "El cisne negro / Cisne negro", que se generaliza este fin de semana en los principales países de América Latina y en un par de semanas en España, se sumerge en el mundo de la danza; un mundo exigente, demandante y patológico en su búsqueda por la perfección. Es esa, precisamente, la búsqueda que ha guiado la vida completa de la frágil Nina (una impresionante y delgada Natalie Portman), joven bailarina que pasa sus días entre agotadores ensayos de ballet y una madre sobreprotectoramente dañina (la gran Barbara Hershey). Todas las pulsiones del reprimido cuerpo de Nina -cuerpo rasguñado, asexuado, infantilizado- se liberarán de manera desbocada cuando es elegida para ser la prima ballerina en una moderna versión de “El Lago de los Cisnes”, donde la misma bailarina debe interpretar al delicado cisne blanco y al maléfico cisne negro, al mismo tiempo. La gran oportunidad de su vida se transforma así es un viaje sin retorno por la oscuridad de su alma, de su mente y su cuerpo. Y Aronofski sabe guiarnos bien por los rincones más turbios y perversos que Nina -y también nosotros- guardamos en el corazón. La locura y el caos comienzan a apoderarse de la protagonista llevándola de paseo por situaciones confusas, imágenes incomprensibles y emociones incontrolables con las que no puede lidiar. Temerosa del descontrol, Nina comienza a enloquecer de terror frente a esa parte suya que no quiere reconocer. La locura -ese infarto del alma- que arrasa lentamente con la prima ballerina consumiéndola hasta el límite. El corpóreo y terrenal mundo del ballet da paso así a una reflexión -o por lo menos opinión- de la condición humana, de las dificultades para asumir el caos como parte de la vida, la locura como parte de la creación y el mal como parte del bien. Porque finalmente "Cisne negro" no es otra cosa que un estudio del alma humana; un espejo simultáneo a la bondad y a la maldad intrínseca en cada ser humano, por más que la cultura occidental lleve siglos intentando disociarnos en dicotomías absurdas como cuerpo-alma, bien-mal, negro-blanco. Y no es un tema casual en la filmografía de Arronofsky, plagada de personajes enfrentando sus propios demonios y tratando de reconciliarse con ellos. Porque así como la locura es el demonio de Nina, las adicciones son los demonios de los protagonistas de “Requien por un Sueño”, la obsesión del jaquecoso matemático de “Pi: Fé en el Caos” y los errores del pasado que corroen el alma de “El Luchador” quizás, a estas alturas -a pesar del delirio y el éxtasis crítico que parece provocar la nueva cinta con la Portman-, la mejor película. Y también el personaje más luminoso de la carrera de Aronofsky.