Thursday, September 21, 2006

No creo equivocarme si digo que The Lost City es la peor realización cinematográfica que vi en mi vida. Y mira que a fuerza de venir de vueltas de todo uno se las toma con calma, y hasta con gracia. Pero es que es demasiado. Más de lo que el sentido común pudiera concebir. Tan pero tan que debiéramos quedarnos callados porque ni para reírse es buena. El reglamento completo de aquello que, por nada de este mundo, puede permitirse una película está aquí: alteraciones históricas- ese José Antonio Echevarría disparándose luego de su alocución al pueblo desde Radio Reloj, supongo confundido con Chivás-; violación de las costumbres de época- el personaje que interpreta Andy García rechaza una copa porque después debe conducir-; escasa hondura sicológica en el trazado de los personajes- todos los ejemplos valen, pero más los que describen in-dividuos de existencia real, que redobla la falla-; representación maniquea y caricatu-resca de las situaciones- el asalto al Palacio Presidencial, la irrupción de la milicia en el cabaret de Andy y la despedida de este de su familia no tienen desperdicio-; poca o es-casa creatividad en la configuración de las escenas- por supuesto los interlocutores ha-blan paseándose por la oficina, sentándose en el buró, metiéndose las manos en el bol-sillo, mirando a través de una ventana, dando vueltas con el dedo al borde de un vaso y, faltaría más, de espaldas al otro lo cual, sino es muy típico de los cubanos, sí del modo hollywoodense de concebir los diálogos en sus dramas y comedias-; referencias sospe-chosamente cercanas a otros filmes- si algunos pasajes recuerdan al Padrino o a unos cuantos títulos sobre la mafia italiana de New York no es casual, como se verá más adelante-; desconocimiento y alteraciones de la cultura que se aborda- habría que detenerse en la andanada de música gratuita que desfila por los cientotreintaocho minutos de metraje, curiosamente uno de las “virtudes” que se le achaca a la realización, para comprender que, el director, nunca se enteró de qué va el asunto con la raza de sus ancestros-; trama amorosa archirepasada y sabida- sin comentarios-, pési-mas actuaciones- los guiños y muecas de Fico Fellove en uno de los callejones de la supuesta Habana mientras discute con el amor de su vida o ese recitado de versos mar-tianos hacia el final del largometraje, incluyendo los pasillos de guaguancó, muestran todo sobre el talento de García; de Inés Sastre me callo por pudor-; y, de esta manera, un cúmulo de clichés, estereotipos y tergiversaciones que no da para medirlos porque tomaría mucho tiempo y sería hacer el favor que un bodrio de tal magnitud no merece.que a The Lost City no hay por dónde cogerla. Artesanal, rudimentaria, lenta, aburrida y simplona, para no hablar nuevamente de los descalabros etnosociológicos y la ofensa ideológica, dudo mucho que cuando salga de los predios miamenses, en donde desde ya se le venera cual pieza de culto, consiga mayor resonancia. Y no será, como se apresuran a opinar los “críticos” locales y algún que otro defensor, porque los americanos y el resto del mundo no puedan entender el verdadero sentido y tiempo que refleja o sean un bando de estúpidos; sino porque ella solita se encargará de destruirse, sus defectos están tan a la vista que hasta el menos sensato, en China o la Mesopotamia, se daría cuenta de su pobreza sin que hiciera falta aclararles. Y lo peor, al menos para ellos, que será el vehículo que desbarranque, si es que algo quedaba, la moral de un exilio que aún no entiende por qué, con tantas y tantas décadas de lucha, no se les toma en cuenta con la seriedad requerida. Con el hecho de los vítores dados por la comunidad a una porquería como esta en muchas partes del planeta bastantes confundidos, imagino, saldrán de dudas. Aunque, a lo sumo, importe poco. En Miami siempre se piensa que quien no esté con ellos o es comunista o se despreocupa o, como se dijo ante las críticas adversas a la película, no tienen noción de “ la verdadera tragedia del pueblo cubano”; que para no dar su brazo a torcer, en su terquedad, no faltarán las justificaciones.
Lo más asombroso del asunto es que, por ningún rincón, aparece una voz disonante. Y es que no concibo que nadie, por muchas razones que posea para mantener una posi.-ción política distinta a la del gobierno de su país, repare o se sienta timado. O tal vez sí y no emitan criterio que es otra posibilidad, perfectamente creíble, en este ambiente donde el miedo a desentonar se respira en cada partícula de aire. Los especialistas en cine, que después de esto es muy difícil que los siga considerando tal, se unen a la avalancha de elogios sin que les surque una vena por la frente o asome el sonrojo. Si acaso mencionan “... la débil trama, la pobreza dramatúrgica y un reparto de actuaciones inadecuadas...” - como reconoce Alejandro Armengol en El Nuevo Herald del 12 de mayo de 2006-, pronto se aclaran diciendo que cosas por el estilo “... carecen de importancia... que no vale la pena detenerse en la realidad histórica... porque la verdadera protagonista de The Lost City es la música”. Y ni siquiera porque si Armengol tuviera un poquito de conocimientos sobre la dramaturgia de la que habla supiera que la música, dentro de ella, debe cumplir una función, no aparecer como una mezcolanza de géneros y ritmos puestos en retahíla injustificadamente sin otro propósito a la vista que el de recalcarnos, porque estábamos inseguros, que de lo que se trata es de Cuba; de la Cuba paradisíaca y floreciente con la que se sueña. Como aquel cuento del que se entera hoy que fuimos colonizados por los españoles y la emprende a golpes con el primer gallego que le quede cerca, Andy García recurre a todas las referencias musicales de las que supo y allá va a armar su recital para que los demás, al igual que él, descubran. Lo que pasa es que llega un tantico tarde. Pero ¡ojo! que según la filosofía del grupo al que pertenece Andy después de Benny Moré y Bola de Nieve, en “la patria”, no se ha conseguido nada en cuanto al desarrollo de esta manifestación artística porque, la música, como La Habana, como el país, como casi todo, también se perdió. Y todavía, de este Armengol, hay quien inquirió por sus credenciales como crí-tico para hablar como lo hizo- despectivamente y con veneno, dicen- de la película.
Ahora, ¿qué más comenta la prensa sobre The lost City? Según Charles Cotayo ( El Nuevo Herald, 28 de abril de 2006) “... técnicamente... no le tiene que envidiar nada a las mejores producciones desarrolladas, financiadas y distribuidas por los grandes estu-dios” puesto que “es una producción sólida, con un fuerte elenco... con escenografía, fotografía, vestuario y coreografía formidables”, para agregar, aún, que “... ya era tiem-po que una figura de Hollywood intentara realizar un filme sobre Cuba de este calibre, con buen gusto, sensibilidad y sinceridad... porque nuestras pasiones, nuestros sabores, ritmos, dolores, en fin, nuestra existencia, merece ser contada con dignidad”. Para los que hayan visto la cinta huelgan los análisis. René Jordán, otro de los críticos oficiales de cine del mismo periódico (3 de Marzo de 2006), después de afirmar que “como actor, es el mejor trabajo de Andy García” (¿?) concluye diciendo que “entre los dos, Guillermo( Cabrera Infante) y Andy, han encontrado la ciudad perdida” lo cual es una reverenda suerte porque si hay algo que no aparece, ni metafóricamente, por ningún la-do es justo la grandeza en su cosmopolitismo de La Habana. Jordán sin embargo, con ese sexto sentido que parece tiene, le da la bienvenida nada menos que a su resurrección. Bob Tourtellote, de la Agencia Reuter en Los Angeles (9 de mayo de 2006), considera que “la cinta es... una apuesta por la cultura e historia de Cuba: música, danza, vida rural y las salvajes noches de La Habana precastrista con sus clubes y casinos”, incluyendo una imagen campesina que, para quedarnos sólo a nivel de superficie y sin meterle mucho raciocinio a la cuestión, únicamente él vio. Por supuesto el mensaje de Toutellote queda clarito cuando añade que el filme es además “... relevante hoy con la subida al poder en Latinoamérica de líderes de izquierda como Hugo Chávez... y Evo Morales” algo que, veníamos sospechando, se encargaría siempre alguien de señalar.

En cuanto a Armando López, (Encuentro en la Red, 4 de mayo de 2006), apunta que “... Andy García le pidió a Guillermo Cabrera Infante que le escribiera un libreto con la atmósfera del filme Casablanca, al estilo de El Padrino y los ritmos cubanos como protagonistas” con lo que, al menos, quedan despejadas algunas de sus verdaderas intenciones. E. Cárdenas de La Tribuna Hispana, (2 de mayo de 2006), encima de acla-rarnos que “La ciudad perdida es La Habana” no deja de aprovechar el momento en que hace la entrevista al director para salpicar el artículo con apartes como el que “... el actor con picardía... da otra bocanada del puro sin vitola que fuma” mostrándonos lo cubanazo que, incluso, suele ser. José Bayona desde su sitio en Internet, (2005, sin más datos), dice de Inés Satré que es una “exuberante actriz” pero, sin acotar, que terrible; y, otra vez, que Andy es “... un hombre que conserva intactas sus costumbres latinas” de lo que es un ejemplo que “... en sus 26 años de matrimonio nunca ha dejado de hablar español con su esposa...”, que, añado yo, también es latina (¿?). Igual para El Nuevo Herald, (4 de mayo de 2006), Vicente Echerri opta por quedarse en las ramas y desentenderse. Ni por casualidad insinúa que la película es una irreverente falta de respeto al significado de lo que, como cubano, somos; pero pone la teja al acordar que “... el convertir una experiencia de la memoria en arte es siempre una tarea ardua y traicionera, casi como atrapar un espejismo” y, entonces, deja sentada su cobardía de emitir criterios más fuertes que, de seguro, lo iban a colocar en la aposición comprometedora que no desea. La inefable Ninoska Pérez, ( El Nuevo Herald, 13 de mayo de 2006), desata su habitual cursilería para hacernos cómplices de cómo la película “... nos hace temblar de emoción. Las penas de los actores se convierten en nuestras”, que “... como todo gran poema, nos sacude” para, luego, considerarla “una historia épica” que “no es ficción” donde “al escuchar las palabras La Habana nunca ha conocido la oscuridad al mediodía... regresaron las lágrimas”. “ Afortunadamente, The Lost City es también una aclaración histórica” logra balbucear y, por supuesto, el “gracias Andy. Gracias por ser fiel a tus raíces... gracias por los extraordinarios sonidos de la música, por la poesía del Apóstol. Por darle vida a nuestra ciudad perdida”. Y, aún queda Antonio Purriños, quien, para un periodiquito insulso llamado La Voz de Miami Beach, ( No. 115, mayo, 2006), resume la idea general, expresa o no, de cada uno de estos comentarios: la de que “ todo aquel que sienta por nuestra patria no puede dejar de ver esta obra, donde aquellos que nacimos antes de la tragedia podamos recordar la Cuba de ayer y los que nacieron después les servirá de ejemplo de lo que perdimos”. Obvio referirme a los errores de concordancia en la redacción y demás disparates. Por si no fuera suficiente, tampoco han faltado los elementos telenovelísticos y sensibleros que, a todo buen intento por llevar a “la realidad” una representación ridícula de la misma, pero sin que fuera el propósito, rodean. El pobre Andy contó con un presupuesto limitado que le hizo rediseñar parte del guión y prescindir de escenas, se canta a coro. Al pobre Andy le tomó dieciséis años hacer, de su sueño, un hecho por no tener el apoyo de las distribuidoras norteamericanas. El pobre Andy hubo de rodar en la República Dominicana ante la imposibilidad de hacerlo en Cuba. Al pobre Andy, un ejecutivo de la Paramount no le permitía contratar a Cabrera Infante para escribir el guión de la película. El pobre Andy no se dejó vencer por el pesimismo y el desánimo. El pobre Andy desde sus posesiones en Key Biscaine con el tabaco en la boca. Y ¡ lo increíble!, “ Mi sueño de llevar al cine esta historia empezó el día que abandoné La Habana, cuando tenía cinco años y medio” dice el sujeto (entrevista realizada por José Bayona y publicada en su página web en fecha no precisa) y todos con la babita afuera sin preguntarse cómo coño alguien que se supone estrella pueda ser capaz de soltar tan tremendo disparate. Bueno, pero si es el último gran héroe que se ha inventado el exilio cómo dudar de cada una de sus palabras. Si lo han apapuchado con toda suerte de arrumacos y manitas tibias por televisones, radios, magazines y fetecunes privados. Si es el nuevo Mecías que ha puesto en el lugar que merece a todo un símbolo como lo es el Ché Guevara y ha desatado la controversia situando The Lost City a la altura de El último tango en París, La Pasión de Cristo y El Código Da Vinci y, entre los esfuerzos por trasladar nuestra cultura a la pantalla grande fuera de las fronteras del país, por encima de realizaciones como Havana y The Mambo Kings. Si es que se trata, otra vez, de Miami; Miami y sus afluentes.
“No olviden llevar un pañuelito al cine” aconseja Fusté desde su programa matutino. “No olviden llevarlo” se repite de una familia cubana a otra cuando coinciden en el establecimiento adonde han ido a comer con sus bien criados hijos. “¡La recomiendo, no se la pierdan!”, “ Es una película que hay que ver”, “ Estoy pensando enviarle a Andy García una carta de agradecimiento”, “Viéndola fui de paseo por el malecón, por aquellas playas tan lindas como la de Santa María del Mar... aquellos restaurantes... llenos de olor a puerco, congrí y plátanos fritos. De nuevo volví a ponerme aquellos vestidos tan lindos” se lee en las páginas digitales y, pareciera, que no existe en estos momentos nada más provechoso en qué poner cuidado. La gente sale llorando, riendo, aplaudiendo, como loca, de las salas de exhibición y, al día siguiente, ni corta ni perezosa invita a los parientes para, entre todos, volver a vivir la catarsis. Y es que al fin, luego de tanto olvido, alguien les hace el favor. Esa historia perenne, mil veces retocada y vuelta a retocar, metamorfoseada y rehecha, llena de huecos negros e imaginario, que sólo existe en la mente de quienes tienen que sobrevivir con ella porque de lo contrario perecerían, pero que bien se cuidan en hacerla parecer como oficial, por arte de birlibirloque y de quien no se tomó el trabajo de investigar bien toma cuerpo ahora y no es precisamente una ocasión para dejar pasar por alto. Mientras, en ciertos países de América- con mejor ojo, con mayor libertad, con algún sentido de la coherencia, más metiditos en el siglo, todavía con un poco de inclinación a la vergüenza-, cuestionan la credibilidad de la película e, incluso, algunos claman por su prohibición, como sucede en Argentina. La crítica norteamericana, en su conjunto, simplemente la entierra. En todo caso más morbo para los aguerridos miamenses a quienes ese el jueguito de “el mundo contra mí” encanta y seduce y les permite continuar en pie con algo de fuego. Entre dimes y diretes, escándalos y exclusivas, otro parche para la descolorida carpa que cubre a la ciudad del sol.
o olviden llevar un pañuelito al cine” aconseja Fusté desde su programa matutino. “No olviden llevarlo” se repite de una familia cubana a otra cuando coinciden en el establecimiento adonde han ido a comer con sus bien criados hijos. “¡La recomiendo, no se la pierdan!”, “ Es una película que hay que ver”, “ Estoy pensando enviarle a Andy García una carta de agradecimiento”, “Viéndola fui de paseo por el malecón, por aquellas playas tan lindas como la de Santa María del Mar... aquellos restaurantes... llenos de olor a puerco, congrí y plátanos fritos. De nuevo volví a ponerme aquellos vestidos tan lindos” se lee en las páginas digitales y, pareciera, que no existe en estos momentos nada más provechoso en qué poner cuidado. La gente sale llorando, riendo, aplaudiendo, como loca, de las salas de exhibición y, al día siguiente, ni corta ni perezosa invita a los parientes para, entre todos, volver a vivir la catarsis. Y es que al fin, luego de tanto olvido, alguien les hace el favor. Esa historia perenne, mil veces retocada y vuelta a retocar, metamorfoseada y rehecha, llena de huecos negros e imaginario, que sólo existe en la mente de quienes tienen que sobrevivir con ella porque de lo contrario perecerían, pero que bien se cuidan en hacerla parecer como oficial, por arte de birlibirloque y de quien no se tomó el trabajo de investigar bien toma cuerpo ahora y no es precisamente una ocasión para dejar pasar por alto. Mientras, en ciertos países de América- con mejor ojo, con mayor libertad, con algún sentido de la coherencia, más metiditos en el siglo, todavía con un poco de inclinación a la vergüenza-, cuestionan la credibilidad de la película e, incluso, algunos claman por su prohibición, como sucede en Argentina. La crítica norteamericana, en su conjunto, simplemente la entierra. En todo caso más morbo para los aguerridos miamenses a quienes ese el jueguito de “el mundo contra mí” encanta y seduce y les permite continuar en pie con algo de fuego. Entre dimes y diretes, escándalos y exclusivas, otro parche para la descolorida carpa que cubre a la ciudad del sol.
Y es que, The Lost City, que pretende ser el retrato de un sitio que antes estuvo pero ya no es, en verdad, el reflejo de una realidad imaginada; un inconsciente colectivo que, a fuerza de remachar la idea y en voz alta, la ha adherido a la piel como algo tangible. Al apoyarse para su ejecución en un discurso repleto de palabras viejas, arquetipos falsos en lo que, se supone, es la identificación de un pueblo, una visión adulterada de los años que antecedieron al triunfo revolucionario y arropar el producto de sentimentalismo barato, cursilería, compasión y piedad, al mejor estilo de lo que predica el más empalagoso y retrógrado catolicismo, no será difícil adivinar que ese lugar sin base ni fundamento, estéril, inerte, fantasmagórico, destruido, seudo, de que habla el filme, no está en una isla al centro del Caribe, como se quiere hacer ver; sino a noventa millas de ella, mirando al Norte. Incluso, el acartonamiento evidente, el acabado infantil, primario, chato, rudimentario de la película no es más que una versión, a otra escala, de la estructura bajo la que se suele cobijar cada cosa que se construye en Miami. Hay, en efecto, una ciudad perdida; pero, a todas luces, no es La Habana.
Entonces pienso en que Andy debió ver El Mégano para eso de la situación cubana cuando la república. Y para lo de las luchas “en el llano” dedicar un tiempito al Clandestinos de Fernando Pérez. Quizás, porque de una familia pudiente desmembrada a partir de las diferencias políticas entre sus componentes igual habla, echar el ojo a Un hombre de éxito y, en lo de entender hasta dónde sí y hasta dónde no se corre la capital de Cuba, tomar unas clasecitas con Memorias del subdesarrollo, Fresa y Chocolate o Suite Habana. Puede que hasta poner atención a la famosa conga de Sur Caribe. Pero, intuyo, que es pedir lo imposible. Si es que, enfundado en los calzones de niño prodigio, a los cinco años y medio ya él lo tenía claro. Si, cuestionado sobre qué pretendía con la utilización de la música de la forma en que lo hizo (en el referido artículo de Antonio López para Encuentro en la Red), en un alarde de sus potencialidades como director explica que usarla de “... contrapunto dramático a la acción. Como en la escena que el jefe de la Policía de Batista le pregunta a mi hermano preso que está leyendo, y a su respuesta: suena un guaguancó de Los Muñequitos de Matanzas”.
Algo me viene diciendo, después de esto, que debo hacer mutis.

8 comments:

RUTA DE AMOR said...

Destacados de Película
Harsh Times
Creativa filmación con un presupuesto mínimo

Actor Christian Bale en una escena de Harsh Times, filmada por Steve Mason, ASC, ACS. FOTO DE: Jim Sheldon
Harsh Times está basada en los recuerdos de infancia del director / escritor David Ayer en South Central Los Angeles. La historia gira en torno a dos personajes ficticios: Jim David, un ex comando estadounidense que llega de vuelta a casa de la guerra en Irak, y su amigo de la infancia Mike Alvarez. Viven en forma extrema, tomando, drogándose y cometiendo pequeños crímenes hasta que los buenos ratos se tornan desagradables.

Ayer produjo en forma independiente la película en 26 días mientras filmaba completamente en locaciones reales en Los Angeles y en un pueblo mexicano. Harsh Times se adjudicó elogiosos comentarios en el Toronto Film Festival y se está estrenando esta primavera.

La historia detrás de la historia: Ayer creció en South Central Los Angeles. Se enlistó en la Marina y estuvo en el servicio militar por dos años. Después de completar su obligación militar, retornó a Los Angeles, en donde se topó con Wesley Strick mientras trabajaba en un proyecto de remodelación en la casa del guionista cinematográfico.

Tal vez fue el destino o simplemente buena suerte. Strick se convirtió en su mentor. Training Day fue el séptimo guión que Ayer escribió y el primero que él comercializó. Sus créditos incluyen U-571, The Fast and the Furious y S.W.A.T.

Ayer escribió el guión para Harsh Times en 1995, justo después de Training Day. Decidió juntar el dinero y producir la película en vez de renunciar al control creativo. “Volqué mi alma en esas páginas,” explica él.


(I-D) Freddy Rodriguez y Christian Bale en una escena de Harsh Times, filmada por Steve Mason, ASC, ACS. FOTO: Cortesía de Crave Films.
Fue su primera oportunidad como director y como co productor. Su guión y pasión por el proyecto atrajo un elenco talentoso, incluyendo a Christian Bale como Jim David y Freddy Rodríguez como Mike Alvarez,. También agrupó a un inspirado equipo de realizadores incluyendo al editor ganador del Oscar Conrad Buff IV (Titanic) y el director de fotografía Steve Mason, ASC, ACS, quien acumula 20 créditos de película desde 1988.

“El guión tiene riqueza, debido a que David (Ayer) escribió acerca de gente que él conoce y entiende”, menciona Mason. “Es un análisis de un personaje con un carácter muy rudo y un cuento con moraleja. No puedes irte a la guerra y sentirte afectado al volver preguntándote quién eres”.

Durante las primeras discusiones, Ayer consideró filmar con cámaras digitales debido a que el presupuesto era reducido. Mason recomendó producir Harsh Times en formato Super 16mm como una manera de recortar costos sin comprometer el valor en la producción.

El formato Super 16 fue perfecto para esta película”, menciona. “Pudimos movernos rápidamente y filmar en espacios reducidos. Filmamos escenas de noche en autos con cámaras de mano y usamos paneles LED para iluminar las caras. Pareciera que la luz proviniera del tablero.”

Mason generalmente cubrió la acción con dos camaras ARRI SR-3 con lentes Zeiss T1.3 y grabó las imágenes en película Kodak VISION2 500T 7218.


(I-D) Christian Bale y Freddy Rodriguez en una escena de Harsh Times, filmada por Steve Mason, ASC, ACS. FOTO:Cortesía de Crave Films
“Tuvimos que filmar bastante parte del tiempo sin un generador”, menciona él. “Hay escenas nocturnas en donde íbamos manejando en las calles de la ciudad y filmando con la luz ambiente. Con los lentes T1.3 pudimos meternos dentro de la oscuridad y obtener los detalles más sutiles en la película”.

Ayer denota que los magazines de 800 pies les permitieron filmar hasta 24 minutos sin parar. El dice que ayudó a los actores a mantenerlos dentro de sus papeles durante largas escenas de diálogo.

“Estuvimos filmando cinco a seis páginas de complejos diálogos al día con dos cámaras,” añade Mason. Después que David ensayó con los actores, hablábamos acerca del diseño en la filmación y de la iluminación. Los actores se sentían libres para tratar diferentes cosas y ser espontáneos, debido a que sabían que obtendríamos tres o cuatro close ups. Eso dió al editor la cobertura que él necesitaba”.


(I-D) Steve Mason ASC,ACS discutiendo una toma con el director David Ayer en el set.
Mason usó una Steadicam en las tomas con gran angular, usualmente cuando el operador estaba corriendo o caminando con los personajes y cuando consideró que una cámara portátil obtendría un resultado muy irregular. En otras ocasiones filmó los close-ups en forma manual con lentes gran angular.

“Pienso que los close-ups con gran angular le agregan una dimensión de profundidad a los personajes comparado a estar más atrás con un lente de mayor acercamiento”, menciona éste. “Mucho de la historia es acerca de sus caras, expresiones y de los tonos de piel diferentes. En la noche, Iluminamos las calles con lámparas de vapor de mercurio y de sodio puestas sobre columnas de teléfonos. Logramos tonos de piel fenomenales con la mezcla de luz verde y naranja. Sub expuse algunas tomas hasta dos y medio puntos de diafragma. Eso añadió un toque justo de grano, que fue el adecuado para este tipo de situaciones”.

Cosas inesperadas ocurrieron, incluyendo una de las más grandes tormentas en los últimos 100 años en Los Angeles. Llovió por dos semanas seguidas mientras estaban filmando exteriores en las calles. Simplemente siguieron filmando ya que no habían sets cubiertos.

La historia tiene un giro inesperado cuando David es reclutado por una agencia de Gobierno para trabajar en un rol secreto en Sudamérica. El tiene que contarle a su novia la cual está esperando un hijo suyo. El y Alvarez la visitan en su casa en México, en donde debe decirle que su relación debe terminar debido a que tiene que dejar el país por varios años.


El actor Christian Bale en una escena de la película.
“Filmamos por cinco días en un pueblo muy pequeño cerca de Ensenada,” comenta Mason. “Su familia vivía en una cabaña de una sola pieza que era de 12 por 12 pies aproximadamente. Puedes ver la suciedad y las manchas en la pared. Es una escena muy dolorosa. También filmamos en otra pieza que era de 12 por 8 pies. Tenía una pátina que hubiera sido difícil de duplicar en un set”.

Mason usó una cámara a manivela ARRI 2-C de 1920 para varias tomas, incluyendo una escena en donde David estaba confundido y le costaba entender la situación. “Era una visión momentánea de su ser interno”, observa. “David (Ayer) logró que los actores sobre actuaran e hicieran cosas que normalmente no harían para revelar sus pensamientos internos”.

Ayer añade, “Le dije a los actores que lloraran, rieran, gritaran, sacudieran sus cabezas y que nos entregaran gestos realmente salvajes. Fue como tocar guitarra en forma improvisada. Algunas veces creamos exposiciones triples y cuádruples en donde puedes sentir el calor arraigado en imágenes abstractas que son líquidas y fluidas. Conrad (El editor) encontró momentos específicamente poéticos”.


(I-D) Steve Mason ASC,ACS discutiendo una toma con el director David Ayer en el set de Harsh Times.
Durante la preproducción, Mason consideró usar en el negativo un revelado bleach bypass para desaturar el look. Sin embargo, después de filmar una prueba, decidió que no era el look adecuado. Habló con Ayer acerca de explorar las posibilidades de ajustar la película en un ambiente de intermedio digital (DI). Probaron diferentes centros antes de decidirse por LaserPacific, una compañía perteneciente a Kodak localizada en Los Angeles.

“Fue grandioso ser parte de este proyecto yendo desde los dailies, pasando por el intermedio digital hasta hacer la masterización”, comenta Leon Silverman Presidente de LaserPacific. “Estas audaces y convincentes imágenes son producto de una tremenda historia y unas mentes creativas que se reúnen junto a nuestro equipo y a nuestras poderosas herramientas que ayudan a plasmar esa visión”.

Decidimos escanear la película a 2K de resolución, desaturar los colores en un 10% y elevar la ganancia y el contraste para visualizar en forma exacta mi idea”, explica Mason.

Mason denota que la decisión por adelantado de emplear un proceso de intermedio digital les dió una flexibilidad adicional durante la producción. Hubieron ocasiones cuando se decidió no disminuir la luz indeseada de una pared de fondo debido a que se sabía que sería significativamente más rápido aislar y alterar ese elemento de la toma en intermedio digital.

Mason también decidió usar el Kodak Look Manager System (KLMS) para previsualizar las tomas y crear referencias visuales para el timer de dailies y el colorista de intermedio digital. Usó una cámara fotográfica digital para grabar las imágenes de los diferentes montajes. La cámara fue calibrada para simular las características de imagen de la 7218. Usualmente al final del día, cargaba las imágenes en un computador personal que estaba en el camión de la cámara. Usó software KLMS para hacer la sintonía fina de las imágenes. Mason envió al timer de dailies cada día un CD conteniendo tanto las imágenes originales como las manipuladas. También uso un sistema de teléfono privado suministrado por LaserPacific para dejar mensajes diariamente al timer.


Arriba:(Al frente, I-D) DF Steve Mason, ASC, ACS, los actores Christian Bale,Freddy Rodríguez y el director David Ayer en el set de Harsh Times. Al medio: El actor Christian Bale en una escena de Harsh Times, filmada por Steve Mason, ASC, ACS. FOTO DE: Jim Sheldon. Abajo:(I-D) Los actores Freddy Rodríguez, Eva Longoria y el director David Ayer en el set de Harsh Times, filmada por Steve Mason, ASC, ACS.
No hubieron storyboards. Mason discutió la cobertura con Ayer y decidió como los personajes iban a ser iluminados dependiendo de la escena.

“Tratamos cada toma como si fuera una línea de diálogo, y decidimos como cubrir e iluminar basado en la actuaciones, la historia y la locación”, comenta éste. “Quizás un actor decide comenzar una escena de diálogo con su cara encubierta por las sombras, y luego gira su cabeza o avanza unos pasos hacia la luz. Tienes que ver una cara en ciertos momentos, pero esas decisiones tienen que ser corregidas en forma dramática para la historia”.

Después que la película fue editada offline, el negativo adaptado fue escaneado a 2K de resolución con un Spirit DataCine. La imágenes fotográficas de Mason fueron usadas por el colorista como una guía para preparar el master digital. El archivo fue down-rezzed para acelerar el timing.Las imágenes digitales fueron proyectadas en una pantalla del tamaño de un cine en un ambiente de teatro. Fue un proceso interactivo.

Las imágenes fueron proyectadas en la pantalla y Mason le señalaba al colorista que había que aislar algo sobre el cuadro y hacerlo oscuro o más brillante o más o menos saturado hasta que estuviera satisfecho.

“Hay una escena con un detector de mentiras que cuenta con una paleta monocromática con una gran cantidad de azules y grises”, Ayer afirma. “Decidimos crear en intermedio digital un blanco y negro real. En otra escena, en donde usamos una cámara a manivela, el personaje se iba enojando. Lo ajustamos para dar un aspecto cálido el cual fue aumentado a medida que el enojo del personaje iba creciendo. Experimentamos encontrando el balance adecuado sin que pareciera un truco. Fue totalmente subjetivo”.

Mason estima que las sesiones de intemedio digital tomaron alrededor de dos semanas. Las correcciones fueron hechas en el archivo digital de 2K, el cual fue grabado en película intermedia de color de 35mm que fue usado como master para generar copias de distribución.

“Puedes ver las texturas de las telas, los matices de negro y los detalles sutiles en la profundidad del fondo y que estaban en el negativo original”, denota Mason. “Hay una sensación de profundidad etérea que se palpa en forma natural y es parte de la historia. Hay niveles de color en los tonos de piel y el pelo, humo de los cigarro y palomas volando en el fondo”.

Ayer concluye, “El intermedio digital nos dio una gran ventaja, especialmente en las escenas de noche, en donde queríamos las luces de la ciudad visibles desde el interior del auto. Hay fondos dentro de los fondos. Creo que hay una audiencia allá afuera que está hambrienta por películas más sofisticadas que las hagan pensar cuando salen del teatro. La audiencia nos es consciente del trabajo que esta involucrado, pero pueden sentir la energía”.

RUTA DE AMOR said...

Abordando a Tsotsi


DF Lance Gewer determinando las luces de humo en el set de la película. FOTO: Blid Alsbirk
"Tsotsi (‘thug’) es una historia clásica con un significado universal que perdurará con el paso del tiempo. Es una gran película que muchos de nosotros han estado esperando hacer y aun cuando está situada en una casucha de un caótico ayuntamiento en Soweto, Sudáfrica, habría funcionado igualmente bien en cualquier parte del mundo”, expresa con entusiasmo el director de Fotografía Lance Gewer (Beat the Drum).
En esta potente historia sobre sobrevivencia, esperanza y redención, situado entremedio de la extrema marginalidad urbana, el cruel y joven líder de pandilla Tsotsi (interpretado por Presley Chweneyagae) es provocado despiadadamente por uno de su pandilla. Golpea a su agresor hasta casi matarlo y en un acto de pánico se escapa del ayuntamiento hacia los suburbios más seguros. Ahí le dispara a una mujer fuera de su casa y se roba su auto, pero mientras arranca escucha el llanto de un bebé en el asiento trasero. Asustado, pierde el control del auto y choca. Sale tambaleando entre los destrozos y al ver al bebé gritando, una extraña emoción brota dentro de él. En un momento determinante, recoge al bebé y retorna a la barriada a pie.
“El guión sugirió un estilo decidido de filmación manual”, comenta el Director Gavin Hood (A Reasonable Man) “pero el problema para mí fue que Fernando Meirelles había empleado la cámara manual tan bien en City of God que tenía el temor que cualquier intento de hacer lo mismo nos habría hecho parecer poco original e imitativo. Quería un director de fotografía que entendiera que Tsotsi no es tanto una historia de un gangster sino más bien un íntimo análisis acerca de un perturbado adolescente al borde de convertirse en hombre y la confusión emocional y sicológica que yace dentro de su cabeza. El DF tenía que ser alguien que estuviera cómodo con el menor movimiento de cámara y que encuadrara e iluminara para que todo el foco de la imagen estuviera orientado a casi mirar directamente dentro de los ojos del actor. Lance entendió esto en nuestra primera reunión. El posee un ojo clásico y no le tiene miedo a mantener una imagen cuando lo que esta ocurriendo con los actores es suficientemente potente”.
“Como director, generalmente privilegio el movimiento de cámara que está motivado por el movimiento propio del personaje en vez de la necesidad de hacer algo fantástico con la cámara, continúa Hood. “Pienso que en las películas el movimiento excesivo de la cámara usualmente está motivado por un miedo a la intimidad de los actores y a la inquietud de que la audiencia se aburrirá si la cámara es muy estática. Sin embargo, en mi experiencia la audiencia se aburre si la historia o los actores son aburridos y la cantidad de movimiento no ayuda a compensar las malas interpretaciones o una historia aburrida. Lance se preocupa realmente de servir a la historia y a los actores y cuando la cámara se mueve, añade emoción a la escena”.
Gewer hizo su primera filmación en película de 8mm con la cámara hogareña de su papá cuando era un muchacho en Sudáfrica. Desde que se graduó del Pretoria Technikon Film & Television School en 1986, ha trabajado en forma independiente en la industria del cine y la televisión de Sudáfrica como DF, director, productor, escritor e instructor en películas, dramas, documentales, comerciales y vídeos de música. “Estaba bien preparado para Tsotsi”, declara. “Me he tenido que adaptar a las condiciones cambiantes de hacer películas en Sudáfrica y tuve que estar involucrado a un nivel técnico con la comunidad de medios por muchos años”.


(I-D) DF Lance Gewer y el Director Gavin Hood determinando una toma. FOTO: Blid Alsbirk
“Gavin y yo tenemos opiniones similares sobre como hacer cine y estamos de acuerdo en un enfoque simplista: uno que permitiera a nuestra audiencia entrar en la mente de Tsotsi, nuestro anti-héroe, e identificarse con él aunque de hecho el enfoque a tomar resultara ser más desafiante y demandante. Examinamos los personajes desde diferentes puntos de vista y no impusimos la historia sobre la audiencia o la distrajimos con nuestra técnica. La cámara se mantuvo prácticamente inmóvil; de hecho nuestro rol como cineastas fue similar a un vuelo en la pared que difícilmente se mueve. Adoptamos un enfoque sutil e íntimo que nos permitió relacionarnos con los personajes principales y desarrollar una línea emocional entre ellos”.
“De acuerdo con la diseñadora de producción Emelia Weavind, limitamos la paleta de color para que todo sobre el encuadre fuera rápidamente absorbido y pudiéramos mantener el foco de la audiencia sobre los actores. Iluminamos cinematográficamente, casi como si fuera una historia real, con iluminación de cine clásica en vez de un look clínicamente frío y moderno. Mi técnico principal de iluminación Oliver Wilter y yo añadimos 1/4 de gel azul y 1/4 de gel verde a diferentes lámparas incandescentes de 150W Peppers hasta lámparas de 20kW, así como también a Kino Flos para producir la sensación de luz focalizada limpia y cálida de las películas de los años 40 y 50. Los fondos están teñidos con el verde de la iluminación fluorescente del ayuntamiento, un tono que representa la mugre y el peligro potencial. También usamos HMIs de 18kW y 12kW, Cinepars de 6kW y 4kW y añadimos 1/2 CTO y un 1/8 de verde 'flourescente' a ellos. Mantuvimos los tonos de piel bastante reales y naturales”. Durante una misión de reconocimiento Gewer descubrió una luz mixta de neón fluorescente rosada y verde que irradiaba de una pequeña carnicería del pueblo. “Es una luz rosada muy sutil y hermosa, no obstante un tanto chillona, la llamé el “rosado del carnicero” y la usé para grabar el cruel mundo del crimen y la depresión y como un signo del anhelo de Tsotsi de lo que ha perdido como niño a través de la violencia y el SIDA”.
En la escena nocturna de Tsotsi arrancando del pueblo después de la pelea, Gewer registró al actor corriendo en una Steadicam con 150w Peppers, Misers y otras pequeñas luces, desde el bar a través del pueblo. A medida que Tsotsi arrolla una plancha de hierro ondulado al final de un callejón, la toma se disuelve y luego retoma con la plancha fija en el encuadre pero capturada desde una grúa Maxi Giraffe de 31 pies. La cámara montada en la grúa continúa enfocando a Tsotsi mientras corre cerro abajo, se desplaza a través de un río, sube un dique y corre a lo largo de un campo grande hasta los suburbios más acaudalados mientras caen los relámpagos: un total de 12/3 millas. En la película las dos tomas aparecen como una escena continua. Gewer iluminó en la noche grandes distancias, a menudo en forma horizontal y a lo largo de la tierra, creando “una ilusión de luz real, en vez de la ilusión de la luz de luna”.


En el set de Tsotsi. FOTO: Blid Alsbirk
Muchos de los interiores del auto secuestrado fueron filmados en forma estática en un cementerio de autos. El equipo construyó grandes paneles para apartar el fondo y recrear la ilusión de la luz de luna, las luces del tablero, las luces delanteras y las luces del pueblo mientras movía el auto para imitar la escapada de Tsotsi y su descubrimiento del bebé en el asiento trasero.
Gewer filmó en Super 35mm de 2.35:1 con una Moviecam Compacta y lentes Zeiss Variable Primes, Zeiss f1.3 Primes, Canon 400m f2.8, más lentes zoom Angeniuex 17-102mm y 25- 250mm. Kodak VISION2 100T 5212 fue su elección para los flashbacks de la infancia de Tsotsi. “Necesité el contraste del material de tungsteno más duro y frío para las otras escenas más suaves”, explica. La Kodak VISION2 200T 5217 dió un look colorido, menos contrastante y ligeramente suave para los exteriores de luz día, mientras que la Kodak VISION2 500T 5218 fue escogida para las numerosas tomas nocturnas. “Megan Gill creó patrones de edición mareadores y los unió en forma perfecta”, comenta Gewer. “Usamos casi 300.000 pies de película y los resultados son brillantes y absolutamente consistentes. Tsotsi es la primera película sudafricana que ha sido graduada en Lustre hecha a 2K y que junto a las habilidades técnicas de Brett Manson nos dió un control sorprendente sobre la imagen final la cual fue impresa en película Kodak Vision 2283 y Kodak Premiere 2293 usando cambio de color Kodak para una distribución de cine anamórfica”.
“Lance entregó una película bellamente iluminada y con un encuadre exquisito”, admite Hood. “Hay una cantidad considerable de atmósfera en cada toma y los ojos de los actores siempre están obsesionantemente con vida. El trabajo de Lance aporta enormemente a la estrecha conexión que la audiencia siente con Tsotsi, quien inicialmente es un personaje en donde la mayoría de la gente no se identifica del todo”.
Tsotsi fue financiada por la UK Film & TV Production Company PLC, la Industrial Development Corp of South Africa, la National Film & Video Foundation of South Africa y los servicios de co producción de Paul Raleigh de Moviworld. Fue presentada en el CamerImage y ha ganado premios en el The Toronto International Film Festival, The Edinburgh International Film Festival, Thessaloniki Film Festival, Denver International Film Festival, Cape Town World Cinema Festival, St Louis International Film Festival y Los Angeles AFI Film Festival. Tsotsi es la segunda nominación al Oscar de una película de Sudáfrica. Recientemente Tsotsi recibió una nominación a un Globo de oro y una nominación BAFTA, ambas como Mejor Película Extranjera

RUTA DE AMOR said...

El cine tiene su butaca en el Primer Festival ACP








Imágenes del documental “Fiesta de palos”.







.- En el área cinematográfica, el Primer Festival Cultural de los países ACP tendrá una amplia oferta con el programa de exhibiciones que se realizará en la Cinemateca Dominicana del 12 al 25 de octubre.

Este festival contará con producciones de diversos países miembros de la comunidad ACP, que representan la diversidad y la frescura de un cine que, a pesar de realizarse con limitaciones técnicas y económicas, se distingue por la fuerza y trascendencia humana de sus historias, el colorido y la belleza de sus imágenes y su digno enfoque de la realidad de estas naciones.

Entre las excelentes realizaciones se destacan básicamente obras de ficción y algunas de género documental de países como Angola, Burkina Faso, Cuba, Chad, Guinea-Bissau, Haití, Jamaica, Martinica, Mauritania, Ruanda, Senegal, Sudáfrica y por supuesto República Dominicana.

La apertura del Primer Festival de Cine ACP se realizará este jueves con la presentación del documental dominicano “Fiesta de palos”, dirigido por Adalberto Grullón, y producido por Altagracia Salazar, el cual establece un mapa emocional, mágico-religioso y festivo de estas manifestaciones afrocaribeñas.

Completando la participación de República Dominicana en el evento se exhibirá el viernes 20 de octubre el documental “Papá Liborio: el santo vivo de Maguana”, de Martha Ellen Davis, el cual explora la vida del popular líder que se convirtió en una especie de mesías, lo cual fue visto como un peligro para el Gobierno de Ramón Cáceres y la intervención militar norteamericana.

Otras cintas
Otros títulos que podrán ser vistos son “Karmen GeÔ” de Senegal, una versión africana y contemporánea del mítico personaje de Carmen. También “Ousmane Sembene” que en “Mooladé” (Protección) denuncia la crueldad de la práctica de la ablación genital femenina en Burkina Faso.

Estará en cartel “Nha Fala” (Mi voz) de Guinea-Bissau, colorida obra donde los acontecimientos de la vida diaria en Cabo Verde se convierten en canciones. Desde Cuba se incluye “Suite Habana”.

RUTA DE AMOR said...

Lars Von Trier busca la “verdad cinematografica”
Cumple 50 años el inquieto realizador que impulsó el original movimiento llamado “Dogma 95”.

Lars Von Trier




No tenía 40 años cuando lanzó la declaración de principios con la que pretendió capturar la “verdad cinematográfica” y orientar la producción hacia un tono realista y despojado de artificios. Lars von Trier fue uno de los inspiradores de “Dogma 95”, un movimiento cuyos seguidores se comprometían a filmar en escenarios naturales y evitar las escenografías de estudio, con cámara en mano o al hombro, grabadas con sonido directo y sin musicalizaciones especiales.
Lars Trier nació el 30 de abril de 1956 en Dinamarca, y estudió cine en la Universidad de Copenhague; en esa época agregó la partícula “von” a su apellido. Comenzó a filmar cortometrajes cuando tenía 15 años, y uno de sus primeros trabajos fue la película experimental “Imágenes de una liberación” (1982); dos años después realizó su primer largometraje, “El elemento del crimen”. “Epidemia” (1987) y “Europa” (1991) pertenecen a una proyectada trilogía de filmes con título empezado con E. En 1995, junto a Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen, impulsaron el movimiento “Dogma 95”, bajo cuyos principios se filmaron una veintena de películas.
En 1996 dirigió “Contra viento y marea”, protagonizada por Emily Watson -postulada para el Oscar-, un filme con revolucionarios conceptos estéticos. Bajo los preceptos del Dogma, realizó “Los idiotas” en 1998. En 2000 volvió a sorprender con el “anti-musical” “Bailarina en la oscuridad” (Palma de Oro del Festival de Cannes), protagonizado por la cantante islandesa Björk. En 2003 filmó “Dogville”, con revolucionaria puesta en escena y con Nicole Kidman como protagonista. Inició así una trilogía que continuó en 2005 con “Manderlay” y que culminará en 2007.
“Dimensión” es una película para la que desde 1991 von Trier ha filmado, en diferentes locaciones de Europa, tres minutos cada año; el rodaje durará 33 años y se estrenará en 2024.

RUTA DE AMOR said...

ya podemos disfrutar de la pagina de la pelicula el sistema asi que disfrute www.peliculaelsistema.com asi que ha chequiar lo detras de camara los trailer y demas ok

RUTA DE AMOR said...

bueno ya tenemos pagina web de la pelicula el sistema asi que disfruten www.peliculaelsistema.com ahi encontraras todo lo relacionado con esta produccion tan esperada

RUTA DE AMOR said...

para lo que decian que no se podia ahi esta la muestra de empeño y dedicacion a lo que se quiere hacer
Producción de cine

ï “Un macho de mujer”(Alfonso Rdríez)
ï “Viajeros” (José Ramón Díaz)
ï “El sistema” (Humberto Espinal)
ï “La tragedia Llenas/Código 666” (Angel Lockward Jr.)

Director de cine
ï Carlos Bidó (“Viajeros”)
ï Humberto Espinal (“El sistema”)
ï Alfonso Rodríguez (“Un macho de mujer”)
ï Elías Acosta (“La tragedia Llenas/Código 666”)

Mejor actor 2006
ï Roberto Angel Salcedo (“Un macho de mujer”)
ï Frank Perozo (“La tragedia Llenas/Código 666”)
ï Jonie Mercedes (“El sistema”)
ï William Díaz (El sistema).

Mejor actriz 2006
ï María del Carmen Hernández (“Un macho de mujer”)
ï Sharlene Taulé (“La tragedia Llenas/Código 666”)
ï Lumy Lizardo (“El sistema”) BailarÍn ClÁsico DEL AóO 2006
ï Maikel Acosta
ï Lisbell Piedra

RUTA DE AMOR said...

la pelicual el sistema dirigida por humberto espinal idea original de victor martinez fue nominada al casandra en cuatro renglones mejor produccion cinematografica ,mejor director , mejor actor ,mejor actris, eso fue el esfuerso de un grupo de jovenes cineasta qu ecreyeron en el proyecto y se logro sacar el producto al publico con una critica buena de los que tienen muchos años escribiendo del septimo arte ese es un logro de todo el equipo que hizo posible nuestra pelicula aunque muchos la quisieron boicotear aun asi somos nominados y seremos premiados por el mas importante premio de los artistas del pais chao hasta la proxima