Saturday, March 20, 2010


Repite Eduardo Noriega colaboración con quien fue el principal mentor de su carrera, Alejandro Amenábar, aunque esta vez el autor de "Tesis" y "Agora" sólo haya sido productor de "El mal ajeno", opera prima de Oskar Santos. En ella, Noriega es un médico tan acostumbrado a manejar situaciones límite que se ha inmunizado ante el dolor de los demás. Se ha desconectado de su trabajo, de su pareja y de su compromiso como padre. Durante un inquietante encuentro, a Diego le amenazan con una pistola. Horas después sólo recuerda el sonido de una detonación y la extraña sensación de haber recibido algo más que un disparo.- Háblenos de su personaje...Diego, al comienzo de la película, está aletargado. Es un médico que trabaja en la unidad del dolor y, por tanto, está rodeado de dolor y muerte, raras veces le da el alta a nadie. Lo que hace durante toda la película es un recorrido hacia la sensibilización. Poco a poco se va quitando esas capas férreas que se había puesto a lo largo de los años y empieza a mirar a la enfermedad, a los pacientes y a sus seres queridos de otra forma. Hay una revolución interior desde la frialdad hasta ser capaz de anteponer la vida de los demás a la suya. El arco que recorre el personaje es extremo, hay un gran cambio a lo largo de la película. Y es algo que le ocurre en su interior, no es un cambio de apariencia.- ¿Qué tienen en común su personaje y el que interpreta Belén Rueda?Isabel y Diego se reconocen: en el dolor, en la enfermedad... por diferentes motivos. Y no necesariamente conocen las circunstancias del otro. Isabel no tiene mucha información sobre lo que le está ocurriendo a Diego pero sí detecta ese dolor. Son almas frágiles que se juntan para ayudarse, para darse cariño... casi instintivamente. Hay una identificación, un acercamiento del uno hacia el otro, un reconocerse en el otro.- En medio de tanto dolor, Diego vive, sin embargo, algunos momentos de humor...Sí. Si en una película como ésta no hay momentos de humor, no te la tragas. Sería insoportable. De hecho, la primera secuencia de la película ya es una declaración de intenciones tremenda. Hay personajes como mi hija, mi padre, Juanjo o Carlos, que aportan esas gotitas de humor que te permiten que luego haya secuencias tan intensas a lo largo de la película. Te sacan una pequeña sonrisa y te distraes un momento. Daniel (Sánchez Arévalo), el guionista, tiene un talento especial para hacer esto. Distiende el ambiente, y eso es bueno para el espectador.- "El mal ajeno" es un film coral. ¿Cómo se arreglaron ustedes para tejer todas esas historias personales?Oskar tuvo la ocurrencia de hacer un ensayo con los nueve o diez actores principales. Fue el sábado previo a rodar. Estábamos sentados a una mesa y nos íbamos levantando de dos en dos, o lo que tocara. Utilizó un despacho en el que sólo teníamos unas sillas de tijera, y sin embargo, vimos toda la película: el coche, el accidente, si llovía, si alguien moría podíamos ver el dolor por esa muerte... fue un viaje increíble, como yo nunca había vivido. Además, nos dio una idea global del tono de la película, le dio coherencia a toda la interpretación. Sirvió para que todos supiéramos qué película estábamos haciendo y estuviéramos en la misma onda, tirando de esa mochila, de esas herramientas preparadas previamente, para crear un código entre director y actores.- ¿Qué destacaría del trabajo con un director novel como Oskar?Oskar no es experimentado en el rodaje de largometrajes pero sí que lo es en el mundo del cine. Ha asistido a muchos rodajes. Es gente de cine que vive por y para el cine. A Oskar le va la vida en el rodaje, y eso es buenísimo porque se contagia. Hay una complicidad especial porque son gente que quiere que todo el mundo les proponga, les sugiera, les ayude. Te ven como a un actor experimentado y cuentan con tu opinión, tu criterio, y te sientes muy juntito en el proceso. Es muy importante ese entusiasmo. Y, sobre todo, están locos por rodar, locos, locos, locos.- Santos y Amenábar, productor de esta película, estudiaron juntos. ¿Tienen cosas en común?Oskar es un tío muy humilde que siempre se está quitando méritos, a veces parece casi una enfermedad porque aparte de muy talentoso es un gran currante. Yo quiero rodar siempre con directores como él. Es de una generación que han mamado cine. No necesariamente tienen un gran nivel intelectual. Son fanáticos del cine, se lo han visto todo, se lo saben todo, especialmente de una franja de cine más reciente donde lo visual y lo audiovisual está más presente. Hablo de Amenábar, Oskar, Daniel Sánchez Arévalo o Eugenio Mira. Su bagaje es cinematográfico, es de lo que saben, es su campo. Y tienen una capacidad casi innata para visualizar la película y elegir el plano correcto para cada momento. Son muy conscientes de que esto es un conjunto de elementos que tienen que moverse en función de la secuencia. No sólo el tamaño del plano sino el ángulo, el gesto del actor, su interpretación, el tono, el ritmo, la música que según están rodando piensan en cómo la van a colocar... están viendo la película constantemente. Eso es lo que le da calidad a este tipo de películas. No hay otra manera de hacer este trabajo bien, si no tienes una visión general previa es difícil llegar a algún lado. Quizá a Oskar le parezca osado que le compare con Amenábar pero me gusta que sean capaces de tener una mirada propia en sus películas y a la vez sean capaces de conectar con el público. Creo que ése es un talento que tienen pocos directores.- ¿Se puede definir a "El mal ajeno" como "thriller"?Sí, el "thriller" le da estructura a la película. Pero es un "thriller" con elementos fantásticos y también es un drama. Incluso tiene elementos de tragedia, de tragedia griega, donde el protagonista tiene que tomar una decisión vital que pone en juego su propia vida y la de los que le rodean. Me parece que es una película de difícil denominación o encasillamiento, lo cual la hace interesante. Cuando la ves estás pendiente de la historia, de esa trama de thriller porque que es tan poderosa visualmente y tan emocionante que quieres saber más todo el tiempo.


Jennifer López, a punto de volver a las salas norteamericanas el mes próximo en la comedia romántica "El plan B" ("The back-up plan"), junto a Alex O'Loughlin, es consciente que sus intentos de triunfar en el drama no le resultan tan rentables como en las historias de amor, y podría insistir en ello con "Overboard", que es ni más ni menos un "remake" de la comedia "Un mar de líos / Hombre nuevo, vida nueva", que en 1987 protagonizara Goldie Hawn junto a su pareja Kurt Russell.Tras el proyecto está la productora de Will Smith Overbrook Entertainment, que trabaja en el seno de Columbia Pictures, y ha hecho una oferta a los representantes de la actriz descendiente de boricuas, cuya última presencia en salas fue la injustamente fracasada "El cantante", sobre la vida del astro de la salsa Héctor Lavoe. "Un mar de líos", dirigida por Garry Marshall y escrita por Leslie Dixon, es la historia de la más bien insoportable y pretenciosa esposa de un millonario, que cae del yate que está siendo reparado por un carpintero al que ha hecho la vida imposible, y éste -como venganza- al constatar que el golpe la ha hecho perder la memoria, la convence de que es la madre de sus cuatro traviesos hijos.Adam Cooper y Bill Collage están actualmente modernizando el texto original de Dixon.López, quien se ha preocupado en los últimos años más por su carrera musical y empresarial que por la cinematográfica, no tiene por el momento ningún otro proyecto en lista de espera, tras haber hecho "El plan B", que llegará a los cines USA el 23 de abril.